Eliecer Vásquez
Esta es la historia de cómo Pedro Abarzúa llegó al Engaño. Me la contó él mismo, no ve que es buenazo para la mentira.
Su papá era del norte, no sé de dónde, de Osorno tal vez. Un día le dijo: «¡Nos vamos para el sur a buscar un campo!». Pedro era chiquitito y en ese tiempo no había aviones, así que el papá agarró una vaca, la carneó y se metieron los dos adentro del estómago.
De repente, empezaron a llegar los cóndores a comerse las tripas: uno, dos, tres. Cuando había como diez, el papá le dijo: «¡Agárrate firme de las tripas!», y pegó un grito que los cóndores salieron disparados. «Amigo, nos fuimos volando agarrados de las tripas», decía el Pedro.
Cuando ya los cóndores se habían comido todo el tripal, Pedro y su papá tuvieron que tirarse nomás. ¡Y justo fueron a caer en el valle del río Engaño!